Un 1 de Marzo de 1971 nos conocimos
personalmente en una reunión general para iniciar el ciclo lectivo; habíamos
tomado contacto sólo telefónicamente en mi Gualeguaychú natal cuando fue a
buscar profesora de Contabilidad para la carrera de Peritos Mercantiles del
Colegio que iniciaba el quinto año de su primera promoción en el turno de la
tarde. Así empezó nuestra relación y así lo consigné en mi escrito Y Dios comienza a hilvanar mi historia... Hermoso comienzo… para una historia de
vida en el ICR y… con la Hna Martha
Cuatrín.
De su mano ingresé al Instituto, ella no me
conocía… sólo por referencias de las otras Hnas con quienes compartí espacios o
estudios mientras cursaba el Profesorado…
me ofreció 27 horas de cátedra… y confió.
Confiar es creer en las potencialidades del
otro y es renovar la apuesta día a día por él, sabiendo que sólo necesita
crecer y foguearse para dar lo mejor de sí y llevar a cabo su misión. Y eso fue
lo que sentí ese primer año con ella en el Colegio… libertad para la acción y
aceptación de mis decisiones en relación con mi tarea docente. A fines de 1971
la Hna Martha se fue… pero hubo un regreso.
En
marzo de 1986 nos volvimos a encontrar en los mismos puestos… como al
principio. Ambas con más bagaje de experiencias y con un largo trecho de la
vida recorrido. Yo ya había formado mi familia acá en Paraná, ella volvía de
caminar por otros rumbos cumpliendo con su misión: Rectora en Larroque (Entre Ríos) y
después nuevamente profesora allí, maestra en Villa Urquiza (Entre Ríos),
administradora del Hogar en Quitilipi (Chaco) mientras se desempeñaba como
profesora en colegios secundarios y en el Profesorado de Formación Docente de
la localidad.
Y al llegar… otra vez la misma confianza, el
mismo respeto y la misma libertad para la acción. Si
bien muchas cosas habían cambiado, también es cierto que volvía a encontrarse
con Carmencita Fernández de Bonfils en su cargo de Directora de Estudios de la
mañana y con Irene Markowsky de Sattler
en el turno de la tarde. Ellas tres conformaron el Equipo de Conducción durante
13 años ininterrumpidos y lo dejaron con un año de diferencia.
Y esos 14
años al frente del Equipo de Conducción estuvieron signados por los cambios, el
crecimiento y la capacitación. Mientras consignaba en el papel las reformas en
los planes de estudios que se habían realizado durante esos años en el artículo
Hurgando en su historia…
la imagen de la Hna Martha se me presentaba a cada momento. Las
manos tendidas generosas abriendo las puertas para recibir más alumnos y
profesores con la creación de otra división en el turno de la tarde (1990); el
acompañamiento en el trabajo, la asignación de recursos para lograr la
capacitación, la infraestructura y el
equipamiento indispensables para la implementación del plan de los Bachilleratos
con Capacitación Laboral también en el turno de la tarde (1992); la posibilidad
brindada a Liliana Kalea y a mí de trabajar codo a codo con el Equipo de
Conducción a través del armado, la implementación y la coordinación de los
mismos; el apoyo incondicional a las propuestas y las respuestas siempre
positivas a los requerimientos realizados por los docentes durante elaboración
de los respectivos Proyectos para la aplicación de la reforma educativa en todo
el Establecimiento que incluía el Tercer Ciclo
de la Enseñanza General Básica y el Nivel
Polimodal; … fueron fruto de su
compromiso con su Equipo de trabajo… de su disponibilidad para buscar las
soluciones ante la aparición de las dificultades que conllevan todos los
cambios… de su apertura para lograr el
crecimiento e inserción del colegio en su entorno y… de su entrega de esos
años. Y así en 1999, el último año de la Hna Martha
en su tarea como Rectora, Claudia y yo como Directoras de Estudios la
acompañamos en la implementación de la EGB3, para lo cual se realizó la
incorporación de cuatro cursos más en el Instituto ya que había que absorber el
séptimo grado de la antigua escuela primaria en cada una de las divisiones.
Todo este trabajo de años no se puede
realizar si detrás no está la decisión de poner todo lo necesario a disposición
de sus docentes…y esa decisión estuvo presente de la mano de la capacitación que fue la prioridad.
Y así los talleres de estudio y reflexión para un perfeccionamiento docente
continuo estuvieron a la orden del día; no se escatimaron esfuerzos ni
recursos… detrás estaba el Equipo de Conducción apuntalando el trabajo… y
detrás estaba también la Hna Martha pensando las estrategias para fortalecer,
no sólo desde lo pedagógico, a la comunidad educativa que cada día crecía más y
más.
Y es así que en el mes de febrero de 1992, en pleno receso
escolar, con mucho calor pero con enorme entusiasmo, todo el personal del
Colegio junto con las Hnas de la Congregación, realizamos el primer Curso de Dinámica Grupal y conocimos al
Padre Julio Li. Jornadas intensas
que se extendían durante todo el día,
con interrupción al mediodía para que pudiésemos regresar a nuestros hogares y
volver renovados para el trabajo de la tarde… una semana para el conocimiento,
la convivencia en fraternidad y la unión… un espacio generado para los
encuentros, un espacio propuesto para anudar lazos y rearmar la comunidad.
Ha pasado el tiempo… y todavía nos acordamos
de esas jornadas. Yo especialmente conservo algunas de las dinámicas que allí
aplicamos y muchas escenas allí vividas aún permanecen en mi memoria… y esos
encuentros se volvieron a producir en 1998… y esos encuentros tuvieron un
artífice: la Hna Martha.
Comunidad que se agranda, horas de cátedra
que se implementan, personal que se reubica y se renueva, alumnos que fluyen constantemente,
aplicación de sucesivas reformas en los planes de estudio que conllevan una
capacitación permanente para dar respuestas a esos cambios… y un Trabajo de Coordinación de Colegios de las
Hermanas Franciscanas de Gante obra
de la Congregación a través de la Hna Alejandra Seri, comenzado en tiempos de
la Hna Paulina y … la Hna Martha animando
a su personal a continuar conociendo y poniendo en práctica sus conclusiones plasmadas
en el Ideario, para que impregnaran
todo nuestro accionar.
Y,
como si todo esto fuese poco para reconfortarnos en nuestra tarea, desde su
regreso al Colegio y tal vez presintiendo que esta vez la Congregación tenía
reservada para ella una misión
prolongada en este lugar… fue convirtiendo ese patio principal en un
jardín. ¡Quién no recuerda las plantas de la Hna Martha! Seguramente como una
demostración de su cariño por la Hna que se había ganado por su simpleza, su
accesibilidad y su acercamiento a ellos…hasta los chicos no sólo tenían sumo
cuidado con ellas, sobre todo con los helechos que colgaban de los techos en
las galerías, sino que también la ayudaban cuando por las tardes andaba
trabajando por allí. Cuando yo tenía algún tiempo libre o pasaba con más
tranquilidad por el patio, me quedaba
mirándolas y al contemplarlas creía descubrir entre esas plantas otros signos… un mensaje que tal vez sólo la
Hna Martha conocía pero que podía
descifrar… era “su” casa… que ella vestía de gala y cuidaba con esmero…porque quería
compartirla… porque esa “su” casa… era también “nuestro” hogar.
Tal vez
por eso lo compartió todo… hasta el símbolo del resguardo de su intimidad, su
tranquilidad y su descanso… el patio chico… el que lindaba con la “casita” de
las Hnas como la llamábamos, el paso obligado de alumnos y docentes para ocupar
las salas de Computación y de Catequesis y también de recreación cuando los
alumnos se multiplicaron… generosidad pura al servicio de un fin educativo.
Si bien a fines de 1999 dijo adiós a su tarea
de conducción, esta vez no dejó de estar
en el Colegio y cuando, por sus tareas debía viajar por ser la Responsable
General de la Congregación desde julio de 2001 hasta el 2006, nunca dejó de
volver a su refugio… y a sus plantas. Yo también me fui al año siguiente… pero
de vez en cuando nos veíamos… sabía dónde encontrarla… porque la Hna Martha había
hecho del Instituto Cristo Redentor… definitivamente también su hogar.
Pasaron los días y… al principio tímidamente pero con mucha
fuerza después, comenzó a rondar por mi cabeza la idea de escribir sobre el
Instituto; esta vez fui yo la que tomó contacto no a través del teléfono sino
por mail, y sí… la Hna Martha buscándome
datos, realizando correcciones, respondiendo preguntas… porque sigue allí… en
su casa… integrando el Equipo de Gobierno como Consejera, como en otras oportunidades
lo ha sido.
Situaciones distintas, con otras expectativas, otra relación con el Colegio, pero…otra vez la Hna Martha presente en mi vida para ayudarme a iniciar y foguearme en este sueño de dar lo mejor de mí plasmando estas vivencias… acompañándome en este nuevo emprendimiento que tiene mucho que ver con mi vocación docente… como al comienzo de esta historia… brindándome y haciéndome sentir la misma confianza… como hace más de cuarenta años… cuando nos conocimos.
Situaciones distintas, con otras expectativas, otra relación con el Colegio, pero…otra vez la Hna Martha presente en mi vida para ayudarme a iniciar y foguearme en este sueño de dar lo mejor de mí plasmando estas vivencias… acompañándome en este nuevo emprendimiento que tiene mucho que ver con mi vocación docente… como al comienzo de esta historia… brindándome y haciéndome sentir la misma confianza… como hace más de cuarenta años… cuando nos conocimos.
María Adela Pon
Si te interesa conocer más sobre la Hermanas de la Congregación te sugiero otros escritos del blog como Con sólo nombrarla..., Y Dios sigue entretejiendo la historia..., Esas inacansables itinerantes del servicio..., Hay una palabra...., Y Dios comienza a hilvanar la historia...
Si te interesa conocer más sobre esos compañeros, los que acompañaron mi caminar durante 30 años y con los cuales juntos construimos esa comunidad del Instituto, te sugiero otros escritos del blog como Buscando raíces..., Extrañándote..., Esos infatigables caminantes..., Un recuerdo... un anhelo... y un adiós, Con sólo nombrarla..., Y Dios sigue entretejiendo la historia..., Cuando la nostalgia golpea la puerta..., Las imágenes que se fueron gestando... desde1979
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