Tal vez porque soñamos... el Instituto sigue tan vivo y vigente como siempre,
o tal vez... porque hemos logrado dejar en él las huellas de nuestros pasos y nuestros esfuerzos reflejados en sus frutos.
María Adela Pon
Estuvieron
presentes desde el primer día en mi mente y en la mayoría de los escritos que
he publicado en este blog, pero creo que llegó el momento de dedicarles algunas
palabras en particular… a mis queridos
alumnos.
Desde un 15 de marzo de 1971 fui
construyendo mi mundo junto a ellos… y durante 30 años, aunque cada uno por
poco trecho de su incipiente camino por la vida, me permitieron acceder a los
suyos.
Cuando
ingresé al Instituto comenzaba el primer ciclo lectivo para el 5º año de Perito
Mercantil (Sección Comercial), apenas había cinco años de edad de diferencia
entre esos alumnos y yo, y muy pocos más con los que ingresaban a su 1º año. Yo
traía mi entusiasmo… y ellos aceptaron la propuesta. Una propuesta que en la
que basamos todo nuestro trabajo desde el principio, con reglas claras de
convivencia, la ubicación de los actores con sus roles…. y un límite… el que no
se podía transgredir… el del respeto.
Con
ellos y su aceptación de la propuesta fui entendiendo que podía… que era
posible que vocación y profesión lograran fusionarse para conseguir que mis
sueños se hicieran realidad… que podía ir aumentando sus conocimientos y
vivencias transmitiéndoles los míos y que ellos podían guiarme para
acompañarlos en su transitar por esa etapa tan difícil pero a la vez tan maravillosamente
cautivante como es la de la adolescencia… y así fue desde el comienzo…
reiniciando la experiencia con cada grupo que ingresaba… teníamos cinco años
para trabajar juntos enriqueciéndonos mutuamente con la tarea compartida.
Y así
fueron arribando alumnos y otros levantando vuelo, y entre esos recambios…
juntos fuimos descubriendo que cada vez
estábamos más implicadosen un proceso en
el que diariamente poníamos a prueba nuestra capacidad de trabajar para hacernos
merecedores de ese respeto respondiendo al compromiso asumido el uno con el
otro… y ellos pusieron el esfuerzo.
Y así…
juntos… fuimos comprendiendo que en cada clase había algo más que una transmisión
de conocimientos y habilidades… una exigencia mayor estaba en juego…
hacernoscada vez más responsables de
nuestras actitudes y nuestras respuestas frente al otro… y tenía que comenzar
por mí… educar con el ejemplo… y fue así quecon ellos ylas características
de su edad… yo fui aprendiendo. Y en ese aprendizaje ellos también se
involucraron… y juntos fuimos reafirmando las bases del respeto.
El tiempo que transcurre… los valores
instalados en la sociedad modificándose lentamente… pero con mis alumnos nos
esforzamos para seguir manteniendo las
bases de ese acuerdo sin importar el lugar de nuestro encuentro… cambiamos
seguramente la forma de expresar ese miramiento, acatamiento, atención,
deferencia y rendimiento con que se manifiesta ese valor que es el respeto…
pero no su esencia, porque con ellos… yo
fui madurando. Sería muy ingenuo y hasta infantil pensar que todo fue fácil,
sin controversias y fluyendo naturalmente justo en una etapa muy conflictiva
para ellos… la etapa del descubrimiento de la propia identidad y del logro de
la autonomía individual… pero… con esa madurez ellos también se involucraron
porque fueron comprendiendo que uno no nace con el respeto incorporado… el respeto
se enseña y se fomenta y que el actuar con responsabilidad conlleva
reflexionar, orientar, valorar y asumir las consecuencias de nuestros actos… porque
en esos actos que vamos realizando está implicada la valoración de nuestra propia dignidad… y la del otro.
Y ese respeto así entendido, sobre el que
cimentamos nuestra tarea de enseñanza aprendizaje, fue el
que nos permitió a ellos y a mí, crecer y madurar al mismo tiempo. Yo con mi
bagaje de recursos puestos a su servicio… y ellos con su impronta, su difícil período
de crecimiento, pero con la opción de
ubicar los espacios para dar respuestas
a las obligaciones asumidas en el tiempo que eligieran… una opción… que desde
el comienzo sabían que estaba impregnada de una responsabilidad intransferible…
la honra de ese acuerdo.
Ya van más de cuarenta años de mi primer día
en el colegio, y catorce que yo también levanté vuelo… y en cada recodo del
camino en el que nos cruzamos ellos y yo… a veces con una relación más profunda que
logramos establecer a través del tiempo, o simplemente por un encuentro casual
o una convocatoria especial para el reencuentro… en ese saludo, en ese
acercamiento, en ese contacto por internet o en ese abrazo… flotan en el aire
las bases de ese acuerdo.
Cómo no sentirme plena siellos contribuyeron a ser esta persona que soy hoy y me impulsaron
a lograr que vocación y profesión pudieran fusionarse para conseguir que mis
sueños se hicieran realidad. Seguramente por eso en la elección de la dirección
de mi correo electrónico no dejé de consignar esa palabra que encierra una
opción de vida, el destino de mi accionar
y que ellos me ayudaron a dignificar…
profesora. Cómo nomirar hacia atrás
agradecida si cada uno de ellos me permitió entrar a cultivar y enriquecer su
mundo y al mismo tiempo modificar y fortalecer el mío…juntos… como no podía ser de otra manera…
ellos, yo… y ese límite que ninguno podíamos transgredir… el del respeto.
Cuando llegué al Instituto en 1971, comencé
a mirar “ese lugar” desde otra perspectiva. Traía en mi valija un montón de
sueños… y en mis manos… un puñado de papeles que acreditaban mi competencia
para empezar a formar parte de esa Institución.
Allí estaban como Secretaria la Hna Celine
Quatacker, una Hermana belga que llevaba el nombre de Hna de Montfort y que
había llegado a Argentinaen 1953 con 24
años; y como Prosecretaria la Hna María Teresa Van Opstal formada en el Noviciado
de Paraná. Dos Hermanas… Bélgica y Argentina… reunidas en un lugar y en una
tarea… fueron las depositarias de “esas”…
mis credenciales… las que guardaron cuidadosamente en “mi Legajo personal”. Ellas fueron las primeras protectoras de mi
biografía… porque desde que llegaron a sus manos dejaron de ser simplemente
papeles… para transformarse en la historia de mi vida docente contada de un
modo único y particular.
En ese Legajo comenzaron lentamente a
plasmarse los hechos acontecidos en mi vida relacionados con mi vocación y
accionar docente. Allí puedo encontrar los cambiosen misituación de revista
durante 30 años a través de las innumerables Certificaciones de Servicios,
desde la primera hasta la última que presenté al iniciar los trámites para mi
jubilación; allí están las Constancias de los sucesivos Cursos de
Perfeccionamiento realizados, contando así mi crecimiento en el orden
profesional y cuyos frutos se fueron reflejando en las Hojas de Concepto para
el Personal Docente … Pero también en ese Legajo están escritos los momentos
trascendentes que tienen que ver con mi vida personal. Sé que puedo encontrar
entre sus hojas las Licencias otorgadas… la que indica el momento de la
formación de mi familiacuando comencé a
transitar un nuevo camino de la mano de mi marido… la que anunciaba el
nacimiento de mi hija… las que fueron contando los momentos de enfermedad… las
que consignaron la partida de mis seres queridos… todo está allí.
Pero sé que si sigo mirando… y si abro las
puertas de los armarios… la vida de la Institución y de los miembros de la comunidad
del I.C.R. irá apareciendo lentamente ante mis ojos. Infinidad de Legajos,Libros de Actas de Reuniones Generales y por
Áreas, Libros de Actas de Exámenes, Registros de Asistencia del personal y alumnos,
Planillas de Calificaciones elaboradas por los docentes, Registros de
Calificaciones anuales elaborados por los preceptores, Libros Matrices, Archivos
de los distintos Proyectos Institucionales puestos en marcha, Reglamentaciones y
comunicaciones recibidas y enviadas… me la irán contando… porque detrás de cada
papel allí archivado… hay una historia.
Por
eso sé que si hasta allí me acerco podré recordar a mis alumnos… sus esfuerzos,
sus logros y sus frustraciones… y hasta podría observar sus caras y
reconocerlos si me pusiera a mirar detenidamente las fotos que han dejado como
testimonio de sus viajes de egresados y que están adornando las paredes de la
Secretaría.
Por eso sé que si hasta allí me acerco podré
reencontrarme con mis compañeros de ruta para revivir momentos compartidos… con sólo husmear en sus
legajos o listados buscando direcciones y teléfonos para comunicarnos.
Por eso
sé que si hasta allí me acerco podré desandar el camino para hablar de todo lo sucedido
tras los muros de mi querido Instituto desde su nacimiento… y no solamente lo
sé… es lo que he podido hacer… contar la historia… a veces desde mis recuerdos…
y otras muchas desde los papeles celosamente guardados en ese lugar.
La Hna
Celina (fallecida en el año 2007) y la Hna María Teresa (que en la actualidad vive
atendida y muy cuidada en Casa Van Damme que es el
hogar para las Hermanas ancianas)se fueron en su momento del Instituto para ir
a cumplir sus tareas en otros destinos, pero otras personas siguieron sus pasos
con el mismo empeño y la misma responsabilidad. Por eso pude compartir mi
camino, en el turno de la mañana, con las Secretarias Nélida Manfredi, Olga
Callieri de Pross, Claudia Varisco y desde el 1 de abril de 1987 con María
de los Ángeles Barrientos de Cettour una muy querida ex alumna que hasta la
fecha continúa en esta función. Y en el turno de la tarde, el trato cotidiano
me llevó a compartir con las Prosecretarias Teresita Ábrigo (otra querida ex
alumna), la Hermana Miguelina, Silvia Alba de Lalloni, Alicia Romero y desde el
14 de Octubre de 1991 con Inés SusanaGreen que a la fecha se encuentra
realizando los trámites para su jubilación.
Por eso sé que si hasta allí me acerco podré
encontrar el mismo silencio en medio del trabajo, el mismo respeto en medio de
la búsqueda de soluciones, la misma responsabilidad en el cumplimiento de las
obligaciones aún en medio de los cambios y de las tormentas
Pero
fundamentalmente también sé… que a la distancia… podré esperar tranquilamente
el llamado convocándome para seguir participando de esos acontecimientos muy
caros a nuestros sentimientos y recuerdos; un llamado que siempre llega porque…
en “ese lugar”… están la Secretaria, Prosecretaria y Personal
Administrativo del ICR… incansables hacedores en papeles de su vida… protectores
de nuestros huellas… atentos vigilantes de la memoria comunitaria… fervorosos
custodios de su historia.
Y por todo
esto sé… que no puedo terminar este escrito sin dejar de repetir lo que muchas
veces he consignado en este blog ¡¡¡Gracias Mery e Inés, sin la ayuda de ustedes
proporcionándome los datos que necesitaba en las distintas investigaciones, mi
tarea hubiese sido mucho más ardua y difícil!!! ¡¡¡ Gracias por allanarme el
camino!!!
En
la vida de las personas y de las Instituciones hayfechas significativas con las que van armando su propio calendario al ir incorporándolas
con el devenir de su historia… y el 15
de Agosto… es una fecha para
celebrar en mi querido Instituto. Tal vez sería bueno desandar el camino,
volver a consignar algunos hechos ya contados y relacionarlos con otros… para
comprender.
Un 15
de Agosto de 1715 Juana Teresa Crombeen, nacida enBélgica
el 19 de junio de 1652, funda la “Reunión
de Hijas Espirituales”. El 21 de julio de 1831, con la independencia de
Bélgica es reconocida como Congregación y es en 1883, que Monseñor Bracq Obispo
de Gante, dio a la Congregación el
nombre de “HermanasFranciscanas de
Gante”, les prescribió las Santas Constitucionesen la forma como hasta hoy se observan y las
puso bajo la protección especial de San Francisco de Asís y como segundo
patrono les señaló a San Vicente de Paul. En
1893Monseñor Teófilo
Van Damme fue quien hizo posible la llegada de esta Congregación a la Argentina.
El día 1 de Noviembre de 1950,
el Papa Pío XII definió solemnemente
el Dogma de laAsunción de la Santísima Virgen María a los cielos con estas
palabras: “Proclamamos, declaramos y definimos ser Dogma divinamente revelado
que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su
vida terrestre, fue elevada a la gloria celestial en cuerpo y alma”
(Constitución Apostólica “Munificentísimus Deus”). El Concilio Vaticano II
recoge y expone la fe de la Iglesia universal con estas hermosas palabras: “La
Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de culpa original,
terminado el decurso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la
gloria celestial y fue ensalzada por el Señor como Reina Universal con el fin
de que se asemejara de forma más plena a su Hijo, Señor de señores y vencedor
del pecado y de la muerte” (LG 59).
Esta solemnidad se celebra el 15 de agosto… la Capilla
del Complejo Educativo Cristo Redentor lleva su nombre… y el 15 de Agosto de cada año festeja la Fiesta
Patronal de su Capilla. Y… seguramente porque esta fecha es muy cara a los
sentimientos de las Hermanas es que eligieron un 15 de Agosto para realizar la reapertura del
Noviciado, fue en 1979 como
comienzo de su tercera etapa y así lo consigné en Testimonios, recuerdos, vivencias… iluminando la historia.
La Capilla “La Asunción” se encuentra ubicada al lado del
Instituto sobre Av. Ramírez. A fines de junio de 1953 tenían el terreno
disponible y estaban en condiciones de empezar la obra. En 1954 se comienza la
excavación para los cimientos y edificación del salón del subsuelo y las
sacristías. La piedra basal para su construcción
fue colocada el 4 de noviembre de 1956, presidió la ceremonia el Obispo de
la ciudad Monseñor Toribio Guilland, siendo la Madre Ladislada la Superiora
Provincial de la Congregación (1954 – 1960). El edificio
actual fue Consagrado el 11 agosto de 1963 por Monseñor Adolfo Tortolo; en
ese momento era Superiora Provincial la Madre
Pudenciana quien estaba ejerciendo el Gobierno Provincial en su segundo
período (1960 a 1966; el primero lo había ejercido de 1942 a 1954). El Arq.
Ecio Bertellotti realizó los planos y la dirección de obra estuvo a cargo del
constructor José Ghiggi. La marmolería
del altar y broncería se encomendaron a los Sres Mastrángelo y Ojanguren y los
mosaicos al Sr. Carmelo Ingui.
Surge como Capilla del Instituto Cristo
Redentor, construida en seis etapas, y sostenida por la Congregación de las
Hermanas Franciscanas de Gante quienes dedicaron el Templo a María Santísima, poniéndolo bajo el título
de Nuestra Señora de La Asunción. El sueño de su construcción comenzó precisamente
cuando se empezaban a recorrer los segundos 50 años de su nacimiento. El Templo
descuella por su tratamiento integral, donde se observa ladrillo a la vista,
grandes vitrales y una llamativa cubierta de tejas de fuerte pendiente.
En su
interior se destacan la nave central con
su Altar Mayor casi desprovisto de imágenes, sólo se encuentran allí una
gran Cruz con la custodia de dos
Ángeles que portan de lámparas de iluminación, las banderas Papal y Argentina, una
imagen de La Asunción tallada enmadera
por una Hermana
Claretiana de la Provincia de Córdoba por encargo de la Hermana Inés Rochás y que fue colocada en la década de 1990 yuna foto deMonseñor Teófilo Van Damme. A
los costados de la nave central seencuentran
las dos naves laterales cada una con
un pequeño altar con las imágenes del Sagrado
Corazón deJesús, San Francisco de
Asís y San José en uno de ellos y en el otro la Virgen de laMedalla
Milagrosa. Hay dos escaleras ubicadas a ambos lados de la entrada del
Templo que llevan a las galerías superiores y al campanario, se distinguen sus
grandes vitrales para el ingreso de la luz y… un notable vitraux central que representa La Asunción de la Virgen con
una inscripción en latín: SignumMagnum
Aparuit in Caelo (La gran señal apareció en el cielo) que
fue realizado en el momento de la construcción de la Capilla.El 8 de Diciembre de 2009 se procedió
a la bendición de un nuevo vitraux que representa La Anunciación (Yo soy la Servidora del Señor) y el 30 de Enero de
2011 de otro que representa las Bodas de
Caná (Hagan lo que Élles diga).
Ambos vitrales fueron realizados por el artesano local Alberto Bartolini.
Su primer Capellán fue el Padre José Finocchi y en 1988 pasó a depender de la Parroquia Nuestra Señora
de Luján ubicada en la ciudad de Paraná terminando así la etapa de los
Capellanes.
Estos
son los datos… pero faltan las vivencias…
y la Hna Paulina Fontana desde
Tintina, con sus 90 años y una memoria increíble para los hechos y las fechas,
vino en mi ayuda con un relato delicioso que quiero transcribir para no perder
lo que está escrito entre líneas… lo que trasciende de su lectura:
“Corrían los primeros días de enero de 1952,yo acababa de concluir el secundario con el título “MAESTRA NORMAL
NACIONAL” Y CATEQUISTA, ¿mi futuro? no lo conocía, dependía de la
Autoridad Provincial, Madre Pudenciana y Consejo. ¿Qué destino me esperaba? Aún
así a todas nos inquietaba la construcción de la Capilla del Colegio CRISTO
REDENTOR, la existente era muy chica para acoger tanto alumnado. Qué le
propusimos a la Superiora Provincial?...
En los fondos, detrás de la cocina de
entonces había un cuartito donde se guardaba la leña para el horno donde se
cocinaba el pan, amasado por las Hnas. El cuarto lindaba con un terreno y creíamos
que con la desaparición de ese cuarto, sería el primer paso para la
construcción de la nueva Capilla.
Recibimos la autorización para sacar el techo
del cuarto. A la tardecita del día 2 de
enerode 1952las más jóvenescomenzamos la tarea,vestidas
con hábitos blancos, que se usaban para blanquear, subimos al techo que no
tenía más de un metro cincuenta de altura. Entre las valientes estábamos las
Hnas: Cecilia Fontaneto, Teófila, Sofía Gassman y yo (no recuerdo quien más)…
con tenazas y otros elementos para sacar clavos, alambres etc, fueron minutos
de trabajo… un accidente, yo me caí de cabeza al piso entre algunos escombros,
fue por un momento como un mareo, no sé qué pasó, todas las Hnas que
presenciaban la escena corrieron a auxiliarme, un golpe sin graves
consecuencias… así terminó nuestra tarea… el cuartito siguió prestando los
servicios… la futura Capilla esperaría su construcción hasta que nuestras
autoridades, Madre Provincial y Consejo, solucionaran el problema para que el
terreno quedara libre de una o dos familias que alquilaban esos pocos metros.
Pasó el tiempo, a mí y a la Hna Rosita Heit
nos enviaron a Buenos Airespara hacer
las carreras de Profesorado en CONSUDEC. Pasaron 4 años… nos reunimos y las dos
fuimos destinadas al Instituto “Niño Jesús” de Paso de los Libres, Corrientes.
Ya lejos del trajín del Cristo Redentor, no
supe todos los vaivenes de lo que pasó con la construcción de la Capilla del
Cristo. Sí sé que durante el Gobierno Provincial de la Madre Ladislada, comenzó
ese gran trabajo. ¿Dificultades?... no faltaron.”
Así me fue narrada una más de las innumerables manifestaciones de las ansias de las Hermanas
por tener “esa” Capilla, la que desde 1936 los Diputados Demócratas Nacionales Dr
Pedro Radio y el Ingeniero Juan Francisco Morrogh Bernard viendo la necesidad
de una Capilla más grande, se comprometieron a conseguir los fondos y
sugirieron hacer los planos con el proyecto. En 1949se realizó la primera colecta y lograron
comprar en Agosto del mismo año, un
terreno lindero al Instituto “en la
dulce espera de ver realizado el proyecto en un día no muy lejano”, dato que así fue consignado por las Hermanas en el
Libro de Oro del Cincuentenario. También se trabajó parala reubicación de los vecinos ocupantes de
esos terrenos, que son los problemas que la Hermana Paulina hace referencia en
su escrito.
Y… como continuando el relato
iniciado por la Hermana Paulina, vino esta vez en mi ayuda Ana María Giménez una ex alumna que terminó su escuela secundaria
en 1963 y luego ejerció su vocación docente como Profesora de Educación Física,
compañera de ruta y con la cual sigo manteniendo esa amistad nacida en el primer
año de mi llegada al Instituto. Ana María así me cuenta: “En la escuela primaria íbamos a la Capilla que estaba en el Colegio
donde hoy es el salón de Usos Múltiples. Para realizar la nueva Capilla La
Asunción todos los días pasábamos a dejar los ladrillos que llevábamos y para
recaudar fondos se realizaban kermeses, ferias de platos y plantas, se recibían
donaciones de familias y de Bélgica; la Comisión de Padres y las Hermanas
trabajaron mucho para lograrla.
Recuerdo que la Misa de acción de Gracias al
terminar 5º año ya la hicimos ahí junto a nuestros padres, familiares y amigos.
Fuimos las primeras egresadas que tuvimos
el honor de ser despedidas en la nueva Capilla.
Los
vitrales siempre me emocionaron por la entrada de la luz y para mí el vitral de
La Asunción es algo sublime y cada vez
que lo veo, trae a mi mente recuerdos inolvidables porque trabajamos mucho
dentro de la Iglesia en encuentros con los jóvenes y profesores.”
Y a estas vivencias… quisiera
agregar otra que tiene una connotación distinta porquenace de una investigación realizada para el
Centenario del Instituto por Juana Cian
de Oroño (Pochy), Bibliotecaria del turno de la tarde, una compañera y
amiga, a la cual ya he mencionado en Cuandouno se enamora…y que está basada enlos escritos dejados por la Hermana Anunciación en relación con el
tema: “… La puerta gótica de la Capilla encargada el 2 de octubre de 1959, se
entregó recién en el mes de julio del año 1960… El viento frío de las cinco de la mañana que
no divierte en los meses de invierno, había provocado repetidos temblores,
resfríos… y sobre todo, nuestro buen Capellán, José Finocchi, de setenta y dos
años, con su temperamento friolento, se había quejado de esta famosa abertura
de 3,5m por 5m tapada con una puerta vieja, varias chapas de cinc, unas lonas
cuyas hendijas permitían al viento cantar sus melodías triunfantes.
… De estilo simple, sin naves, o suntuosa y de
estilo europeo.
… Nuestra Historia Nacional sufre
marchas y contramarchas. Los dirigentes políticos dan tantos pasos equivocados
que nos encontramos con la gran traba del año 1955; persecuciones religiosas,
atributos de un poder terrenal con veleidades divinas.”
Pochy
consigna luego: Los párrafos anteriores
muestran algunos de los hechos que fueron obstaculizando la construcción de la
Capilla y sirven también para ubicación del lector en el espacio y tiempo.
Fácil hubiera sido copiar textualmente la fabulosa narración hecha primero por
la Hermana Catalina y luego por la Hermana Anunciación sobre la historia de la
Capilla “La Asunción”, pero para conocerla en extensión existen los archivos de
nuestro colegio o los planos en la Asociación Civil del Instituto Cristo
Redentor.
Lo que sí debemos destacar es que en las
distintas etapas de su construcción, las Hermanas se encontraron con muchos inconvenientes
de índole monetario, geográfico, social, religioso, político pero nunca la
desesperanza o el miedo les hicieron claudicar en sus objetivos.
Cimientos, excavaciones, cañerías, columnas, naves, presupuestos,
mampostería, planos, enrejados, encofrados, andamiadas… son todos términos
convergentes hacia la construcción y erección de esta casa de Dios, la última
en suelo paranaense de estilo gótico, aunque trunca su torre por falta de
presupuesto; pero tal vez esa torre inexistente hoy visualmente se supla
invisiblemente con la tenacidad, la fe, la responsabilidad y tesón de las Hermanas,
más el aporte de los fieles laicos, alumnas, vecinos en general y conformen una
oración que se eleva constantemente al cielo, más allá de una torre de concreto
como otros edificios góticos en otros tiempos y en otras latitudes.
De las metáforas y otros adornos
lingüísticos de la Hermana Anunciación
se aprecia que toda la construcción se hizo artesanalmente: ni máquinas, ni
andamios metálicos plegables, todo fue realizado mano a mano, minuto a minuto,
de sol a sol… “Cuando cantaban cuatro
rondanitas su canto de perseverancia, mientras las sogas tiradas por los peones
de albañil suspiraban al elevar a tal altura los baldes de hormigón… uno y
otro…, durante horas, desde las siete de la mañana hasta las dos de la tarde…
nos sentíamos emocionadas.” Carpeta Nº 6- Construcción de la Capilla, pág 27.
Datos… testimonios…escritos… vivencias….aunados para consignar el
nacimiento de laCapilla La Asunción… que si bien es una
Capilla
semipública abierta a la comunidad porque se celebran las Misas dominicales y
desde el año 2000, con ocasión del Jubileo Universal se obtuvo el permiso para
impartir el Sacramento del Matrimonio y realizar algunos Bautismos, para
mí fue y seguirá siendo la Capilla del
Cristo, la Capilla del Complejo Educativo, una parte más del Instituto donde
nos juntábamos para tener otros momentos de encuentros, si bien distintos, pero
que no dejaban por eso de formar parte de nuestro
Proyecto Educativo… la educación a la luz de la Fe. Una Capilla que guarda
entre sus muros la emoción de esos momentos especiales como los Bautismos
de los niños y adolescentes de la escuela, las Primeras Comuniones y
Confirmaciones de los alumnos de las Escuelas Primarias, las Misas de Egresados
a la terminación del plan de estudios de los distintos Centros Educativosque integran el Complejo. Cómo no recordar
las visitas a las aulas del Padre Gabriel Battello, del Padre Andrés Senger,
del Padre Mario Taborda… para charlar con los chicos y docentes e invitarnos a
recibir el Sacramento de la Penitencia. Cómo olvidar las celebraciones de
Catequesis, las celebraciones en relación al Patrono de la CongregaciónSan Francisco de Asís y La Asunción… y
también las tristezas por la despedida de las Hermanas y miembros del personal
del Establecimiento que se nos adelantaron en la partida a la Casa del Padre.
Capilla La
Asunción… una Capilla a la que desde su inauguración las Hermanas dedicaron su
tiempo y sus esfuerzos también para mantenerla. Recuerdo a la Hermana María Mercedes Folmer
siempre presente en todas las celebraciones que allí se realizaban porque era
la encargada de atender todo lo relacionado con ella y desde hace unos años
esta tarea la realiza la Hermana Miguelina, como bien lo consigné en Con la complicidad del silencio…
Capilla “La Asunción”… la expresión más
visible de lo que la Congregación de las Hermanas destaca en su Ideario para
sus Centros Educativos y los Proyectos Institucionales de cada uno de ellos… que sean evangelizadores y un lugar de
encuentro y acogida personal en Cristo, que sean transmisores de los valores
evangélicos y que eduquen a la luz de la fe para el servicio y la justicia
social porque están organizados desde la óptica de las necesidades de los
pobres.
Capilla “La Asunción”… la Capilla del
Complejo Educativo Cristo Redentor… indiscutiblemente… más que un Templo.