De vez
en cuando paso por el frente de mi querido Instituto, no el que corresponde a
la entrada diaria de los alumnos sobre Dean J. Álvarez, sino el que identifica
al Colegio, sobre Avda Ramírez, donde está esa entrada… en la que los docentes
del Área Contable plantamos nuestro cedro azul para que la custodiara junto al
Cristo… esa imagen… que las Hermanas
quisieron ofrecer a la comunidad según consta en un acta de la Unión de Padres
del 28 de junio de 1952 en la que ellas piden una estatua de Cristo Redentor para colocar en el frontispicio del
edificio, de ese Cristo, el Redentor del Mundo, en homenaje al cual su fundador
le puso el nombre a esta casa. No consiguieron una de bronce como querían y la
lograron en cemento blanco y marmolina. 1952,
el año del festejo del Cincuentenario de la fundación del “Asilo Cristo
Redentor” donde no sólo colocaron la
estatua sino también el nombre INSTITUTO CRISTO REDEDNTOR debajo de ella.
Contado así, como lo hice en Buscando respuestas…, parece que esa fecha figurara sólo en los papeles como un
dato abstracto y al que se puede acceder sólo si se llega hasta los documentos…
pero la realidad hace que esa fecha tome dimensión desde otra perspectiva…
porque tengo en mis manos unas fotos que no sólo la confirman sino que amplían
esa información señalando nada más ni nada menos que el día preciso de su colocación:
13 de septiembre de 1952… y un apellido…
que tal vez corresponda a la persona que realizó la colocación de la estatua.
Esas
fotos fueron sacadas por la Hermana
Miguelina como todos la conocemos, pero en realidad la Hermana se llama
Elsa Eulalia Bella y hace muchos años que nos encontramos en el colegio cuando
ella comenzó a atender la fotocopiadora y si bien lamentablemente nos
relacionamos poco, nos hemos cruzado muchas veces en nuestro caminar, sobre
todo en aquellas actividades que acercaban a la Comunidad con el personal
docente y no docente del Instituto.
Cuando la Hermana Miguelina me envió las
fotos, junto con ellas venían otras… y
una historia que quiero
transcribir tal cual la recibí, con la intención de conservar la riqueza del mensaje y tener la posibilidad de leer
entre líneas: “No sé si le sirven estas
anotaciones; en el año 2009 un
fuerte viento le sacó a la cruz el palo
horizontal, luego de varios meses me decidí a sacar el otro palo pero no
pude porque estaba afirmado con bulones. Como aquí estaba trabajando el albañil
Oscar Rey y su hijo, le pedí que sacaran
el otro palo. Cuando lo tenían aquí abajo lo lijé y barnicé varias veces y cono
vi que era una madera muy dura y por lo tanto era muy fuerte, luego de ser
restaurado traté de afirmarlo bien y le pedí a Juan Vicentín que lo vuelva a
poner en el lugar. Como verán hoy el
Cristo Redentor luce nuevamente su Cruz.”
Unas
fotos… que muestran el accionar callado y fecundo de una Hermana nacida en
Monte Caseros, Pvcia de Corrientes, el 30 de junio de 1938. Una Hermana que
ingresa a la Congregación de las Hermanas Franciscanas de Gante en 1964, que completa sus estudios secundarios en la
Comunidad de Paso de los libres y que se entrega por completo a su misión de
colaborar con su bagaje de experiencias en trabajos manuales adquiridos en la
casa de sus padres, poniéndolos al servicio de la Congregación en todas las
Comunidades donde le tocó estar. Así lo hizo entre 1973 y 1985 cuando estuvo en
el Hogar La Providencia en Villa Urquiza donde esmeradamente concentró sus
esfuerzos en cultivar el campo, atender el tambo y demás animales de esa casa,
cocinar para las Hermanas y los 140 niños internos, hacer todas las compras
necesarias (alimentos, herramientas,...), manejar la camioneta y el tractor y
enseñar a los internos mayores a realizar trabajos en la granja. Así lo sigue
haciendo desde 1985 cuando se incorpora a la Comunidad de Cristo Redentor realizando aquí diferentes tareas según las
necesidades. En la actualidad se ocupa del jardín del frente sobre Avda
Ramírez, también de la Capilla La Asunción en donde no sólo realiza su
limpieza, sino que también se ocupa de los manteles, ornamentos y flores y
hasta de su mantenimiento edilicio. Colabora
con la Contabilidad Central, siendo el nexo entre el Contador y las Comunidades
y acompaña a las Superioras Provinciales en sus viajes en auto.
Una Hermana… unas fotos y… una historia… contada de forma muy simple… como
podría haberme contado cuando pintó los
ventanales superiores de la Capilla La Asunción, las que dan a las gradas de la nave central.
Historias de acciones realizadas para cuidar la casa grande… para mantener el
Hogar tibio y abierto. Historias… con profundas enseñanzas… porque hablan precisamente
de esas acciones que se transforman en lecciones de vida; esas acciones… las
que muchas veces pasan inadvertidas, pero que cuando salen a la luz muestran a las personas con toda su riqueza
interior y hablan de su entrega callada y fecunda; esas acciones… las que se
realizan… con la complicidad del silencio.
María Adela Pon