En la vida de las personas y de las
Instituciones hay fechas significativas
con las que van armando su propio
calendario al ir incorporándolas con el devenir de su historia… y el 15 de Agosto es una de las fecha para
celebrar en nuestro querido Instituto por varios motivos: la Asunción de la
Virgen bajo cuya invocación fue puesta la Capilla del Colegio y un nuevo
aniversario del nacimiento de la Congregación.
Pero el 15 de Agosto de 2015 fue
un día muy especial y los festejos alrededor de esa fecha tuvieron realmente
una connotación acorde al significado de la celebración… ese día se
conmemoraron los 300 años de la fundación de la Congregación de las Hermanas
Franciscanas de Gante.
Para recordar y comprender no hay mejor
camino que volver sobre los pasos y remontarnos al principio aunque resulte
repetitivo de lo escrito en otras publicaciones de este blog. Juana Teresa Crombeen nació en Bélgica el 19 de junio de 1652 y desde muy joven había ingresado
con las Hermanas de la Visitación.
Después de 30 años de vida religiosa abandonó esa Congregación, anhelando “una
mayor pobreza”. El 24 de septiembre de 1705 compra una casa para vivir en
soledad como Terciaria de la Orden de San Francisco de Asís.
Pero
Juana Teresa, no satisfecha aún con los sacrificios que le imponía la vida del
Terciario secular, maduró en su espíritu el proyecto de trabajar por el bien
espiritual del prójimo, especialmente de la niñez necesitada, y de fundar una
comunidad religiosa de jóvenes Terciarias como ella. El 15 de agosto de 1715 este anhelo se concretó con la admisión de
cinco primeras compañeras que acariciaban el mismo ideal de unión con Dios y de
apostolado fundando la “Reunión de Hijas Espirituales”. Sus fundamentos
fueron servir, alabar; agradecer, de una manera auténtica y ferviente mediante
los ejercicios espirituales y las obras piadosas y si bien sus miembros no
emitieron votos, todas hicieron el firme propósito de observar la obediencia,
la pobreza y la castidad y se comprometieron a vivir vida común y a dedicarse a
la educación de niñas pobres.
El 21
de julio de 1831, con la independencia de
Bélgica, esta Comunidad es reconocida
como Congregación, siendo su Superiora la Rvda Madre Coleta que es la segunda
fundadora de la misma. En esa ceremonia, presidida por el Vicario General
de la Diócesis de Gante Rvdo Padre Goethals, once solicitantes formulan los votos perpetuos de Pobreza, Obediencia
y Castidad y visten el Hábito Religioso modificado. En el año 1883
Monseñor Bracq Obispo de Gante, dio
a la Congregación el nombre de “Hermanas Franciscanas de Gante”, les
prescribió las Santas Constituciones en la forma como hasta hoy se observan y las puso bajo la protección especial
de San Francisco de Asís y como
segundo patrono les señaló a San Vicente de Paul. Dos Santos Patronos
que marcan la vida y el accionar de la Congregación, seguramente es por eso que
en su libro las Hermanas consignan: “….las Hermanas se esmeran en fusionar en sus
almas la pobreza, la sencillez, la alegría franciscanas con la caridad vicentinas.”
Con ese espíritu franciscano y
vicentino inflamando sus corazones llegaron las primeras Hermanas a nuestro
país traídas por Monseñor Teófilo Van Damme. Seis Hermanas fueron las que llegaron el 23 de julio de 1893 al puerto de Buenos
Aires provenientes de la Casa Matriz de Bélgica y a Villa Urquiza el 2 de agosto para fundar el Hogar La Providencia: la
Rvda Madre Ángela (Hortencia Colleman) Superiora
local; la Hna Filomena (Stefanía
De Vos) cuando
ya estaba inválida volvió a la Casa Matriz en Gante; la Hna
Constancia (Sidonia Morsamt) trabajó
22 meses en Hogar La Providencia y luego fue Superiora del Asilo Maternal Santa
Rosa de Paraná; la Hna Gonzaga (Celestina Delplace) trabajó
también en el Asilo Maternal; la Hna Valentina (Ida Goossens)
fue Superiora en los Colegios-Hogares sucesivamente La Providencia, Cristo
Redentor, La Inmaculada y San José y la Hna Fabiana que fue la única de
las fundadoras que llegó a celebrar el
Cincuentenario del Hogar Cristo Redentor en 1952.
Con esa misión, otras Hermanas
siguieron arribando a pesar de todas las dificultades y con esa sólida
formación religiosa y pedagógica, el 21 de abril de 1895, se
establecieron en Paraná, llamadas por la Sociedad de Beneficencia, a fin de iniciar un
orfanatorio que denominaron Asilo Santa
Rosa de Lima y luego comenzaron su tarea educativa en el Cristo Redentor un 27 de noviembre de
1902. Aquí llegaron traídas por Monseñor Van Damme para fundar un asilo para niños huérfanos con el nombre de Asilo
Cristo Redentor. Esto hecho se consigna y se celebra como acontecido el 23 de
Octubre de 1902.
El caminar
por estas tierras de esas cien Hermanas belgas
que durante el período 1893-1953, llegaron en las “caravanas” se terminó en
Argentina con la muerte de la Hna Celine
Quatacker en el año 2007. La pobreza
fue su compañera de mucho tiempo, el clima les requirió abnegación y
sacrificio, el idioma les pidió constancia y tesón, la educación de los niños
les exigió dedicación, paciencia, amor maternal. Al declinar sus fuerzas,
algunas regresaron a su lugar de origen pero la mayoría descansa en el
Cementerio de las Hermanas en Villa Urquiza. Pero ese caminar fue acompañado
por el aporte invalorable de las Hermanas argentinas ya que en 1904, después de la llegada de la sexta
caravana de religiosas belgas a estas tierras, en ese Asilo, en ese Cristo
Redentor que desde el comienzo se había transformado en la Casa Central… fue donde se abrió el Noviciado en
nuestras tierras. En 1900 se había presentado la primera joven
pero como no existía el Noviciado fue enviada a Gante para hacer allí sus años
de prueba. La Hna Paulina
Fontana me contó que conoció esta Hermana, que trabajó con ella y así recordaba
este hecho: “
sé que la primera vocación de estas tierras hizo su Noviciado en Bélgica. No sé
cuándo regresó a Argentina, pero la
conocí muy bien en Paraná: era la Hna
Bedman quien trabajó muchos años en Villa Urquiza y luego en Paraná.”
Y así Hermanas belgas y argentinas, juntas siguieron sembrando y sembrando… llevando el
espíritu franciscano de Juana Teresa a diferentes lugares donde desarrollaron y
en la mayoría de ellos siguen desarrollando, incontables tareas educativas,
pastorales y de servicio: Entre Ríos, Santa Fe, Formosa, Corrientes,
Santiago del Estero, Chaco y hasta en el país hermano de Chile.
La última fundación realizada por Monseñor Van
Damme antes de morir fue en 1908 del
Colegio- Hogar “La Inmaculada” en Villaguay (Entre Ríos), su Escuela Anexa Nº 82 “Mariano Moreno” al
que luego las Hermanas incorporaron el “Instituto La Inmaculada”. Años más tarde las Hermanas continuaron esa obra y es en 1919, en Chajarí (Entre Ríos), que fundan el Colegio- Hogar “San José”, su Escuela Anexa Nº 84 “Manuel Belgrano” y posteriormente el
“Instituto San José” y también el Profesorado, comenzando de esta manera la
expansión de la obra de amor por parte de la Congregación. En 1921 surge en Paso de los Libres (Corrientes) el Colegio y Escuela Anexa “Niño Jesús” y en 1954 “Instituto Niño Jesús”; en 1923 en Urdinarrain (Entre Ríos) el Colegio- Hogar “Sagrado Corazón” y su Escuela Anexa Nº 68 “Mariano
Moreno” ; en 1925 en Caseros (Entre
Ríos) la “Escuela-Granja Nicolás
Mugherli” y su Escuela Primaria Anexa Nº 78 “Justo J. de Urquiza”; en 1934 en Bella Vista
(Corrientes) el Colegio “Nuestra Señora de Itatí”,
Pensionado para niñas y Docentes Rurales.
Después del Concilio vino una nueva expansión: en
1957 llegan las
Hermanas Franciscanas de Gante para hacerse cargo de la “Escuela José Manuel
Estrada” en Larroque (Entre Ríos) y luego del “Instituto Nuestra Señora del Perpetuo Socorro”
; en 1960 a Monte Caseros (Corrientes) con Escuela
primaria “Colegio San Gabriel”, Centro Educativo de labores femeninas, Comedor
Juana Teresa (Las Hermanas ya no están allí desde 1976); en 1966
se hicieron cargo del “Colegio San Francisco”, en Alcorta, Santa Fe (en el 2005
las Hermanas dejaron el Instituto); en 1971
se establecieron en Tintina (Santiago del Estero) con Colegio “Fray Mamerto
Esquiú” y en La Cruz (Corrientes) con la misión
Pastoral al servicio de los pobres, acompañando el proceso de formación de las
comunidades cristianas y formación de Catequistas; en 1979 fundan la Comunidad en
Vilelas (Santiago del Estero) también con una misión Pastoral y acompañamiento al grupo de jóvenes, y el Hogar de Ancianos en Quitilipi (Chaco); en 1980
en Las Lomitas (Formosa) el “Hogar Juana Teresa” donde se da atención médica a niños de las
comunidades aborígenes Wichis y Pilagás y
criollos y apoyo escolar y se trabaja en la formación de los agentes sanitarios
aborígenes y criollos; y en Quimilí (Santiago del Estero)
la Escuela Primaria “San Francisco de Asís”; en 1987 formaron la Comunidad de Gaucho Rivero en Paraná (Entre Ríos),
allí la Escuela Primaria Nº 201 “Gaucho Antonio Rivero” si bien es una
escuela pública, fue fundada en 1989
por iniciativa de las Hermanas; en el 2002
fundaron el Centro de día Virgen
de la Esperanza y la Escuela Privada de
Recuperación e Integración Nº 207 "Juana Teresa Crombeen" en 2007.
En Chile
fundaron las Comunidades de Sevilla, Salamanca, Padre Hurtado y Curicó. En Salamanca estuvieron a cargo desde 1964 del Colegio “San Francisco
de Asís” de educación primaria y secundaria el cual no hace mucho dejaron; y en Santiago, en el Colegio “Victoria
Prieto” de Enseñanza pre básica, básica y media fundado en 1900
y al que, con el paso de los años, la “Sociedad Victoria Prieto” encargó a las
Hermanas Franciscanas de Gantes la tarea de continuar con la misión educativa
del Colegio. En 1995, el Arzobispado se hizo cargo de su gestión, entregándola
a la Corporación Educacional del Arzobispado
para su sostenimiento y administración.
El año pasado se cumplieron TRES SIGLOS de aquél 15 de agosto de 1715; 300
años de una siembra que comenzó en Bélgica pero, por la generosidad de las
Hermanas, trajeron su llama de amor y servicio también a Latinoamérica… más que
motivos para celebrar…y en nuestro
querido I.C.R. lo festejamos con la participación de todos los integrantes de
los distintos estamentos de la Comunidad Educativa!!!. Un mural engalana nuestro patio, y un panel "Memoria, identidad,
esperanza" realizado en el Instituto, un libro y una caminata fueron la
expresión visible para toda la comunidad paranaense de este acontecimiento.
La caminata fue pensada y organizada por el Área de Economía y Administración del ICR integrada por las Profesoras
Lileana Duarte, Griselda De Ángeli y
Alejandra Silva. Así fue convocada: “Caminaremos,
simbólicamente, como lo han hecho nuestras Hermanas”
bajo el lema “Un encuentro de amor” y
presentada como una ocasión para el reencuentro con quienes forman o han
formado parte de la comunidad educativa del Complejo Cristo Redentor o
estuvieron vinculados a la obra de la Congregación: religiosas, docentes,
alumnos, ex alumnos y público en general. Se realizó en la costanera de Paraná el día 8 de Agosto de 2015 y fue declarada de
interés por la Municipalidad de Paraná, por el Honorable Consejo Deliberante y
por la Cámara de Diputados. Al finalizar la misma se ofició la Misa en la Plaza de las Colectividades
condicionada para tal fin. Los docentes del Área de Catequesis fueron los convocados para confeccionar el guión
de la Misa y los del Área de Educación
Física los encargados de estar al servicio del caminante.
Y en esa caminata había un logo… un logo presente en las remeras de
los participantes y un estandarte que lo mostraba en toda su magnitud. Un
logo que surgió de un concurso en el cual participaron
los docentes de todos los niveles educativos del Complejo Cristo Redentor (Escuelas
Primarias, Instituto Secundario e Instituto del
Profesorado). El jurado estuvo integrado por docentes
de la Escuela Primaria Nº3, docentes del Instituto Cristo Redentor D-12,
docentes del Instituto del Profesorado e
integrantes del Centro de Estudiantes (las Hermanas estaban convocadas y les
surgió un problema de solución urgente por lo que no pudieron concurrir)
El
logo elegido fue diseñado por la Profesora Gretel Ramírez y digitalizado por la Profesora Mara Muscia (ambas pertenecientes al Área de Lengua y Comunicación)… un logo que expresa la misión de las Hermanas desde la creación de la
Congregación: SERVIR, ALABAR, AGRADECER.
Otro de los logos presentados por los
docentes de la Escuela Primaria Nº 3, muy significativo
también, fue elegido con una mención especial y utilizado en las tarjetas de
invitaciones especiales y en los cancioneros.
La
Congregación también estuvo presente en los festejos con la organización del Panel "Memoria, identidad,
esperanza", con las disertaciones del periodista Jorge Riani, el
arquitecto Fernando Ponce y la Hermana Estela Giménez que se llevó a cabo en el
salón de actos del Instituto Cristo Redentor, abierto para toda la comunidad.
El periodista Jorge Riani, quien se desempeña en El Diario, La Nación y Revista
Análisis, contó la historia del médico Sixto Perini, quien construyó esta
suerte de castillo donde también instaló un observatorio astronómico y
meteorológico a fines del Siglo XIX, y que pocos años más tarde, sería el edificio
del Instituto Cristo Redentor.
Por
su parte, el arquitecto Fernando Ponce, docente y especialista en Patrimonio
Arquitectónico Urbano, describió las influencias estilísticas arquitectónicas
provenientes de la Europa medieval, en las construcciones tanto del Instituto
como su Iglesia ubicadas sobre la parte más alta de Avenida Ramírez. Con
claridad y una gran cantidad de fotos, mostró una faceta poco analizada de los
estilos arquitectónicos en general, presentes en la ciudad, señala el escrito al
que accedió este medio.
Para el cierre, la Hermana Estela Giménez
representando a la Congregación, sintetizó 300 años de historia dedicados como
cuidantes espirituales y educativas de los que menos tienen y los más
desprotegidos, tanto en Europa como en Argentina, particularmente en Entre
Ríos, y en la vecina República de Chile.
Los tres perfiles conformaron un panorama
que sorprendió al numeroso auditorio con información, anécdotas y reflexiones
resumiendo una marca espiritual, cultural y educativa que se apoya en tres
siglos que lleva la Congregación. El panel fue coordinado por el profesor
Claudio Cañete.
Estuvieron presentes también por la
Congregación la Hermana Martha Cuatrín, la Hermana Teófila y la Hermana
Alejandra Seri. En representación del área de Educación Superior de la
Dirección de Educación de Gestión Privada del Consejo General de Educación la
magíster Zaida Cardozo. Además se sumaron invitados especiales, egresados de la
casa, y los alumnos de la comunidad educativa del Instituto Superior de
Formación Docente Cristo Redentor D-212.
Y en la celebración de tan importante
acontecimiento no podían dejar de estar presentes los alumnos con su propuesta:
la pintura de un mural. La idea
surgió a través del Área Estético Expresiva, integrada por las Profesoras Ileana Álvarez, Laura Sterger y Ma Eugenia Bona con la
intención de que quedaran plasmados en el
patio principal del Nivel Secundario estos tres siglos de historia de la
vida de la Congregación y su repercusión en la Institución. Para lograr el
mural se trabajó con todos los cursos de los dos turnos; para ello, cada
curso realizó un boceto que representaba
alguna de las etapas de esos 300 años, previamente propuesta, comenzando por la
Fundadora de la Congregación y pasando por el trabajo que las Hnas realizaron
primero en Villa Urquiza y luego con su arribo a Paraná, sin dejar de reflejar
también el trabajo social que han hecho hasta la actualidad. Cada curso hizo su
representación y luego las Profesoras lo dejaron plasmados sobre la pared a
través de un trabajo de calcado sobre el muro para mantener la línea que ellos
habían trabajado, y así lograr contar la historia de acuerdo a los dibujos que
se habían propuesto.
Para pintar el mural los alumnos asistieron en contra turno, conformando grupos de trabajo integrados entre 4 a 8 voluntarios por turno, un número que eligieron para extremar los cuidados ya que la tarea se tuvo que realizar con andamios.
Si bien el trabajo que tomó más tiempo fue la elaboración de los bocetos, el de la pintura fue también arduo y trabajoso ya que durante semanas asistieron los voluntarios en distintos días y horarios previamente establecidos… pero todos los participantes en el proyecto… los alumnos que crearon los bocetos, los voluntarios que se ocuparon de la pintura y las Profesoras del Área que coordinaron la tarea y acompañaron a los chicos en el emprendimiento, están más que contentos… a la vista está el resultado de sus mancomunados esfuerzos… el mural no sólo adorna el patio sino que por muchos años estará allí contando la historia para todos aquellos que transiten tras sus muros.
Para pintar el mural los alumnos asistieron en contra turno, conformando grupos de trabajo integrados entre 4 a 8 voluntarios por turno, un número que eligieron para extremar los cuidados ya que la tarea se tuvo que realizar con andamios.
Si bien el trabajo que tomó más tiempo fue la elaboración de los bocetos, el de la pintura fue también arduo y trabajoso ya que durante semanas asistieron los voluntarios en distintos días y horarios previamente establecidos… pero todos los participantes en el proyecto… los alumnos que crearon los bocetos, los voluntarios que se ocuparon de la pintura y las Profesoras del Área que coordinaron la tarea y acompañaron a los chicos en el emprendimiento, están más que contentos… a la vista está el resultado de sus mancomunados esfuerzos… el mural no sólo adorna el patio sino que por muchos años estará allí contando la historia para todos aquellos que transiten tras sus muros.
Y otra expresión de celebración
estuvo presente reuniendo a la Comunidad. Para conocer la idea y motivos que
impulsaron a editar el libro “Inicios de la misión de la Congregación
Hermanas Franciscanas de Gante en la Argentina” nada mejor que las palabras pronunciadas por
las integrantes del Área de Lengua y
Comunicación: Gabriela Bulos, Mara Muscia, Silvina Pugliese y Gretel Ramírez
durante los festejos del Día del Profesor, el 19 de septiembre de 2016. Así lo
comentaba la profesora Gabriela Bulos:
“Las Hnas Franciscanas de Gante fueron invitadas para venir a la argentina por
Monseñor Teófilo Van Damme y aceptaron el desafío. No debe hacer sido fácil en
ese momento para esas mujeres alejarse tanto de sus familias, de sus
costumbres, de los lugares conocidos, de la lengua materna… y pensar en
enfrentarse a vivir en otro país, en el sur del mundo.
Tenían diferentes edades, diferentes temperamentos, pero las unía el
amor a Jesús, la fraternidad y el amor al prójimo. Y eso habrá sido los que las
mantuvo fuertes en el momento de dejar todo lo conocido.
A nosotras, en el Área de Lengua y Comunicación, nos pareció emocionante
conocer la mirada de estas primeras Hermanas, venidas desde Gante, sobre
nuestro país, sobre Paraná y sobre Villa Urquiza, la casa que las recibió y la
que tuvieron que transformar con mucho esfuerzo de sus propias manos.
Les interesaba la Evangelización del pueblo, los Bautismos, los
casamientos, la Catequesis de los niños y una educación que los preparara para
poder ser libres y transformar sus vidas haciendo una sociedad más justa.
Leyendo las cartas que habían enviado a sus compañeras que quedaron en
la Casa Madre, en Bélgica, descubrimos que eran mujeres sencillas, con
preocupaciones cotidianas por el precio y la calidad de la harina, por la
pureza del vino que se iba a destinar a la Misa… pero por encima de todo
eso, tenían un gran sueño por cumplir y
trabajaban diariamente para hacerlo realidad.
Consultamos a las Hermanas sobre si les interesaba que se publicaran esa
cartas y nos dedicamos a leerlas para seleccionar las que nos parecieron más
significativas. Elegimos publicar cartas enteras y no fragmentos y recuperar el
estilo sin modificarlo (lo que leímos fueron traducciones hechas por la
Congregación).
El Libro también incluye algunas cartas de Monseñor Van Damme que
muestran su lucha cotidiana con las autoridades de la época por mejorar las
condiciones de los huerfanitos que estaban a cargo de la Congregación.
Para nosotras fue apasionante entrar respetuosamente en esa intimidad
para compartir los ideales, las luchas de otras épocas y los logros de la
Congregación con la que trabajamos diariamente y de la que somos parte por ser
docentes del Cristo Redentor.
Por eso, en el marco de los 300 años de la Congregación, comenzó nuestro
proyecto de Área que tuvo su finalización ahora que ya son 301 años y es
nuestro ferviente deseo que se cumplan muchos más.
Creemos que esta historia es valiosa y no se debe perder. A estas
fuentes debemos volver para beber la esencia de la vida de las hermanas
Franciscanas de Gante y poder seguir nosotros transmitiendo sus valores que
nunca pasan de moda”.
Ese libro tiene un prólogo escrito por la Hna Martha Cuatrín y ella expresa con mucha
sencillez y claridad su sueño cumplido de hacer conocer algunas de las cartas
que las primeras Hermanas que llegaron a Argentina les enviaban a sus
compañeras de Bélgica.
“En el marco de la celebración de los trescientos años de la fundación
de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de Gante, nos pareció
importante dar a conocer las experiencias vividas y narradas por aquellas que
pisaron el suelo argentino.
Tanto las primeras Hermanas como el Padre Teófilo Van Damme, en su
correspondencia epistolar dejaron grabados con lujo de detalles sus vivencias,
preocupaciones y logros.
Es de admirar su desprendimiento para dejar Patria, familia, idioma, y
cultura para ocuparse de los necesitados de nuestro suelo y llevarlos al
encuentro de nuestro Padre Dios y prepararlos para la vida, privilegiando a los
niños huérfanos.
La publicación de estas cartas es un signo de agradecimiento por todo lo
brindado”.
Seis
Hermanas…
así fue el comienzo de la siembra en Argentina…
aquellas once solicitantes que
formularon los votos perpetuos de Pobreza, Obediencia y Castidad el 21
de julio de 1831 en Bélgica, se transformaron en 1931 en 550 y en 1938 en 620 Hermanas entre belgas y
argentinas que estaban distribuidas en 42 Comunidades en Flandes y
Latinoamérica. En la actualidad (Octubre
de 2016) hay 17 Comunidades en Argentina en las cuales se encuentran ejerciendo su apostolado 36 Hermanas y
otras 14 se encuentran en la Comunidad
Van Damme en Paraná que es la Casa refugio para Hermanas ancianas o en recuperación
por problemas de salud. En la Comunidad
de Las Lomitas está la Hna María
Francisca Teresa Tonina (Hna Bernardita); en la de Quitilipi la Hna Amalia Rosa Cardona; en la de Tintina la Hna Juana María Ortman; en Quimilí la Hna Ana Delia Herman; en Vilelas la Hna Ángela Sacks; en Bella Vista las Hnas Irma Celestina Brites y Dominga Beatriz
Barrios; en La Cruz en la Comunidad
“Nuestra Señora de la Asunción” la Hna Nilda Aguirre; en Paso de los Libres la Hna Gladys Elsa Sánchez; en Monte Caseros las Hnas Sara Goya, Yolanda Elena Ortiz y Ana Sacks; en Urdinarrain las Hnas Irene Estefanía Burchardt y Rosa Antonia
Beatriz Taborda; en Caseros las Hnas
Argentina Denis, Berta Isabel Denis, Sofía Castañeda, Alcida María Guifrey y
Rita Isabel Satto; en Villaguay las
Hnas Celia Nélida Barreto; Hna Ester Itatí Sánchez y María Inmaculada
Concepción Gerstner; en Villa Urquiza
las Hnas Francisca Folmer (Hna Alicia), Vendelina Krapp (Hna María del Valle),
Adela Teresa Kamlofsky, Irene Duris y Luisa Conradina Heit. En Paraná
se localizan
varias Comunidades: la del Gaucho Rivero
donde se encuentran las Hnas Elvira Bustos (Hna Mariana), Dolores María del
Carmen Engelberger y Rosa Bustos (Hna Stellamaris); en Jujuy las Hnas María Lorenza Nerea Gutiérrez (Hna Teófila), Martha
Guadalupe Cuatrín y Silvia Tulissi; en Cristo
Redentor las Hnas Elsa Eulalia Bella (Hna Miguelina), Estela Beatriz
Giménez y Lidia Alicia Seri (Hna
Alejandra) que desde Enero de 2016 es la Responsable de la Provincia
Argentino-Chilena de la Congregación (Hna Provincial); en Van Damme se encuentran las Hnas Exequiela
Lacuadra (Hna Silvia), Ana Krapp (Hna Alejandrina), Elvira Gassman (Hna
Natividad), Sofía Gassman (Hna Encarnación), Irma María Lucía Balcar (Hna
Eduarda), Aída Julia Acuña, Rosa Mildemberger, Serafina Sacks, Teresita
Florinda Leikan, Norma Ángela González (Hna Fides), Lía Delaloye, Marta
Serafina Regner, Evarista Irma Goya y Antonia Alberta Pereyra (Hna Adriana).
En Chile se encuentran 3
Hermanas: Marie Jeanne La Granje
(Hna Michel) en la Comunidad de Curicó,
Trinidad del Carmen Graver Cárcamo (Hna Trinidad) y Gabrielle Uyttersprot (Hna
Gaby) en la del Hogar del Padre Hurtado.
¡Cómo no nombrarlas en esta fecha tan
especial si ellas son el símbolo viviente de una llama de amor que se fue
propagando a través del tiempo! ¡Cómo no nombrarlas si siguen manteniendo viva
esa entrega al servicio de los más pobres que soñó Juana Teresa para sus Hijas!
¡Cómo no nombrarlas si ellas encarnan el espíritu, la fortaleza, el sacrificio
y la entrega de todas las Hermanas que ya no están físicamente pero perduran en
el recuerdo y en las obras! ¡Cómo no nombrarlas si ellas son las que custodian
las huellas… fieles guardianas de esas huellas que quedaron marcadas en todos
aquellos que tuvimos la suerte de conocerlas a través de su accionar! ¡Cómo no
nombrarlas si siguen entregando sus vidas al servicio de las Comunidades en las
que les ha tocado trabajar, a pesar de la edad y de todas las dificultades que
deben continuar sorteando! ¡Cómo no nombrarlas…!
De las 53
Hermanas Latinoamericanas nombradas, 26 tienen más de 80 años, 20 superan los
70 y sólo 7 tienen menos edad. En la Casa Matriz de Bélgica gran parte de las
Hermanas superan los 80 años.
Lamentablemente las Hermanas ya no están presentes en algunos lugares por ellas recorridos
y en las Comunidades por ellas
fundadas ya se encuentran muy pocas… pero han dejado su siembra bien
resguardada en los corazones de los laicos a los cuales acompañan en su tarea
para que ese “espíritu franciscano” que tanto cuidan y protegen siga dando sus
frutos e impregnando y fortaleciendo su accionar… y confían… el Noviciado no
está cerrado… sólo ha entornado sus puertas… En este momento Agustina Bustamante Aguirre está en el Aspirantado y cursando tercer año del
Profesorado de Formación Docente en el Instituto Superior de Formación Docente
Cristo Redentor D-212 en Paraná. En esta etapa permanece junto a su familia y
ocasionalmente va conociendo los lugares donde están asentadas las distintas
Comunidades.
Congregación Crombeen
Un
espíritu Un corazón
En Flandes y en
América del Sur
El centro de la rueda representa el corazón de Juana Teresa, Corazón de mujer que desde muy joven se sintió tocada por Dios para servir a los pobres de su ciudad. Su corazón sigue latiendo hasta hoy en las Hermanas, sus Hijas...y la Rueda solamente puede seguir girando y manteniendo el carro en movimiento, mientras haya un espíritu entre los rayos, “un viento” entre esas Comunidades que viven desde un solo espíritu y un solo corazón.
Las «Hijas» de Juana Teresa… incansables caminantes que a lo largo de
tres siglos impregnaron con sus huellas todos los lugares donde se
establecieron. Huellas… que atesoran,
siguen custodiando y dejando las propias,
las 53 Hermanas que están entre nosotros.
¡¡¡ Gracias
Hermanas Franciscanas de Gante por 300 años de entrega y servicio!!!
María Adela Pon
Agradecimientos.
En este escrito han colaborado con
información muchas personas: Hna Martha Cuatrín, Hna María Ortmann, Hna Estela
Beatriz Giménez; las Profesoras Gretel Ramírez, Mara Muscia, Gabriela Bulos, Lileana
Duarte, Griselda De Ángeli, Alejandra Silva y Ma. de los Ángeles Scarafía de
Zamboni; la Profesora ya jubilada Magdalena Zacarías, la mamá de ex alumnos Mónica
Mascheroni de Guzmán y la ex alumna María José
Lorenzini que en esta ocasión aportó las
fotos de la Caminata. Vaya para todas ellas mi agradecimiento por su tiempo y
cooperación.
P/D
Si te interesa conocer más en relación con las Hermanas de la Congregación, te
sugiero otros escritos del blog: Con sólo nombrarla…; El empeño infinito…; Esas incansables itinerantes del servicio; Un comienzo… que se renueva; Una carta…;Y Dios sigue entretejiendo la historia…; Testimonios, recuerdos, vivencias…iluminando la historia; Con el perfume de sencillez…; Con la complicidad del silencio…; Hay una palabra.... ; Una carta...