domingo, 2 de diciembre de 2012

Las imágenes que se fueron gestando... desde 1979

  
     El 23 de Octubre de 2002 el Instituto se vistió de fiesta para celebrar su  cumpleaños número 100, pero en realidad todo el año fue de festejo y celebración. Algunas manifestaciones ya las he contado en No sólo los libros cuentan lahistoria…, pero… faltan otras manifestaciones artísticas realizadas por otros actores de la Comunidad Educativa... y para esta especialmente, quise que fuesen las palabras del autor las que contaran su historia. Por eso me comuniqué con él y así surgió este relato al que sólo voy a agregar, en principio, una introducción para poder entender algunas expresiones  y una pequeña biografía suya a modo de presentación.

    A Miguel Moretti  lo conocí en 1987 cuando ingresó a primer año del secundario, fue mi alumno durante cinco años y en 1991 egresó con el título de Perito Mercantil. Desde 1994 hasta 2001 realizó sus estudios terciarios en Santa Fe, en el Liceo “Antonio Fuentes del Arco” Escuela de Diseño y Artes Visuales, de donde egresó con los títulos de  Licenciado en Diseño y Artes Visuales y de Profesor de Diseño y Artes Visuales para el Nivel Medio. Actualmente está dedicado a la docencia trabajando como preceptor y profesor de Artes Visuales en la  Escuela Secundaria Nº16 “Del Centenario” de Paraná.

   A mi requerimiento… Miguel me respondió así:   
    “Resulta que en diciembre de 2001, cuando ya había comenzado el "Año del Centenario" del ICR, voy al Acto de Colación  de 5º año de mi hermana menor (última de los Moretti en estudiar en el Cristo) y te puedo asegurar que iba a modo de despedida de la escuela porque TODA LA FAMILIA terminaba ya. Resulta que allí me encuentro con Mónica Guzmán, cuyo hijo Gerónimo, también terminaba. Años antes ya habíamos trabajado con Mónica..., por ejemplo en el año de las Comunidades Aborígenes (muy linda experiencia). Entonces ella me cuenta que se estaba formando un grupo (docentes, padres, alumnos, ex-alumnos...) para realizar los festejos del Centenario y que si yo quería sumarme..., bueno, no fue tan directa, me fue endulzando de a poquito!!! Justo en esos días estaban por realizar un Pesebre Criollo en el Atrio de la Capilla La Asunción, entonces Mónica me contactó y presentó a la Hermana Rosita Taborda directora del Pesebre!  Y así, en el patio de la parra, al costado de la Capilla, armamos el decorado para el Pesebre que… salió  hermoso!  Terminada esta obra y terminado el año 2001, me invitan las dos, a seguir trabajando.

  
    Comenzado el 2002 me llama la Hna Rosita para que fuera al grupo de los ex-alumnos. Acepté y allí comenzamos a trabajar. Conocí a las señoras que lo integraban y me sumé. Entonces me contaron que estaban preparando el "Almuerzo del Centenario" para el mes de Julio y que a la Hna Rosita y su grupo le habían encargado la decoración de la fiesta. Hice varios bocetos para hacer dos imágenes, para colocarlas ese día en el gimnasio, una frente a la otra. La primera seria una alegoría (es decir una representación) de TODA LA COMUNIDAD DEL INSTITUTO CRISTO REDENTOR; la segunda, una alusión a San Francisco y su espiritualidad,  y las dos harían referencia a la Comunidad de las Hermanas  Franciscanas de Gante y a los tres países donde están presentes: Bélgica, Chile y Argentina.

   

    En el grupo de ex-alumnos hicimos la elección de los bocetos más acertados y allí comencé a pintar. La imagen que estuvo en el escenario del almuerzo y que ahora está colgada en el Salón de Actos representa a todos los "actores" de la Familia del Cristo Redentor: rodeando un gran círculo y tomados de las manos se encuentran, en primer lugar, dos niños con guardapolvo y delantal: son los alumnos de la escuela primaria. Seguidamente aparecen dos adolescentes, también con uniforme, son los alumnos del secundario. Luego de ellos dos y, siempre en simetría, un papá y una mamá (representando no solamente a los padres sino también a la Unión de Padres!) Cerrando el círculo se ven a cada lado, una profesora y una maestra. Coronando la escena, una Hermana con el hábito antiguo y un Sacerdote, guías de toda la comunidad. Todos ellos rodean, protegen, conforman y sostienen un gran círculo donde se ve un paisaje con tres perspectivas del edificio del ICR: la Casa de Encuentros (antiguo Observatorio Perini), la torre sobre calle Dean J. Alvarez (símbolo inequívoco de nuestra escuela) y finalmente la Capilla La Asunción. Se lee también debajo, y a modo de base: 1902 – 2002 y  arriba: 2002 Año del Centenario. Coronando toda la composición aparecen las tres banderas de la tres "provincias" (como le llaman las Hermanas): la Bandera Argentina en el centro, la Bandera Belga a la izquierda y la Bandera Chilena a la derecha, es decir, representando la presencia de las Hermanas Franciscanas en estos tres países.





   Te cuento detalles y la estética elegida para los personajes: los dos niños de la primaria son casi una caricatura, dos gorditos inocentes con sus guardapolvos (mientras los dibujaba, pensaba como veía a la primaria cuando yo iba a la primaria). Los dos adolescentes ya tienen el uniforme del 2000 y no el delantal con la corbata y las cintitas rosadas o la camisa celeste con corbata y el pantalón gris. El papá y la mamá son bien de los años 70 (como eran mis padres cuando yo empezaba la escuela), fijate que hay un detalle cómico: la mamá está subida en un banquito para quedar a la altura de su esposo; y tiene toda su ropa haciendo juego: pollera y zapatos rojos, remera rosada y  también sus aros son rojos!. Al papá  lo vestí de verde!!!  con grandes bigotes, como los que se usaban en el Mundial 78. La maestra es una MAESTRA: impecable cabello negro peinado con spray, grandes aros redondos, sombra celeste en los ojos, prendedor en la solapa, inmaculado guardapolvo blanco, no le falta nada!!! (me inspiré en mi querida señorita Ninina de 1er grado (Nilda Pupart de Giorgio) quien se nos fue en 1989 y debo confesarlo, también un poco en... la Mujer Maravilla!!!!!!). La "profe" tiene un poco de todas ustedes, la vestí de verde oscuro para integrar la imagen con la del papá, ella es rubia, con gran camisola con hombros anchos (hombreras) tal como se usaba en los 80, cuando ustedes fueron mis profesoras, está vestida un poco más tranqui que la señorita. La Hermana, tiene el hábito gris antiguo con el velo negro, traté de que no se pareciera a ninguna de las Hermanas para que todas se sintieran reflejadas. Hice lo mismo con el Sacerdote, en realidad allí debería estar Monseñor Van Damme pero es tan difícil hacer un retrato que, por temor de que saliese mal, realicé un rostro neutro.   Y…   todos ellos tomados de las manos  representan el  nudo de la espiritualidad franciscana: FRATERNIDAD.
   
   Esta imagen se llevó al “Teatro 3 de Febrero” el día 23 de Octubre  de  2002 cuando el Instituto hizo el Homenaje del Centenario, luego del acto se trajo al Colegio para ser colgada en el Salón de Actos, lugar en el cual aún permanece.
   
    En cuanto a la segunda imagen -la de las manos- también hice varios bocetos y en el grupo de ex-alumnos seleccionamos esa.  Las otras, todas, lo mostraban a San Francisco, pero por simbología les gustó precisamente la única que no lo mostraba a él, pero esas dos manos extendidas eran signo inequívoco de su presencia. De eso se trata la imagen: vemos dos manos extendidas, que se ofrecen, y que se transforman en un camino, el marrón de la tierra fértil es también el de la túnica de Francisco. Sobre este camino, han decidido transitar dos personas, un hombre y una mujer: las dos creaciones más queridas del Padre y, es precisamente hacia donde ellos van, hacia Él. El camino representa la vida de ellos mismos, que ellos han elegido; que puede estar obstaculizado por piedras o espinas, pero sabiendo que al final del camino los aguarda una luz resplandeciente, representada en ese sol con sus rayos fulgurantes y en el centro mismo de ese sol que es la vida, está Jesús, representado en el símbolo mayor de su Amor por nosotros: la Cruz. Los dos árboles a los costados, representan la naturaleza, ellos nos dan su sombra, su resguardo, su madera y hasta su leña misma. De las manos de Francisco, del lugar donde él recibió los estigmas, brotan ahora, no gotas de sangre sino corazones de amor, ese amor que las Hermanas Franciscanas de Gante supieron expandir -desde hace casi tres siglos- por Bélgica, Chile y Argentina. Toda la imagen está enmarcada por una forma de ventana con arco de medio punto y los planos de colores, representan justamente los vitrales de las Iglesias, como los que tiene nuestra Iglesia, La Asunción. Finalmente, se lee una frase del propio Francisco: "Que no busque tanto recibir como dar... porque dando se recibe"…. todo está dicho.
   
    Esta imagen se encuentra ahora en el Salón Amarillo que las Hermanas tienen en la Casa de Encuentros (en la parte del Observatorio) bien en la esquina de Ramírez y Dean J. Alvarez”.


                                                                         

                                                                                                 Profesor Miguel Moretti

    Este relato lo quise escribir textualmente para no perderme la oportunidad de reflejar que no  se puede contar vivencias del Instituto sin una gran cuota de afectividad, al menos así  nos sucede a todos los que sentimos al mismo como nuestro hogar porque hemos trabajado para construir su comunidad y para incorporar en nuestro accionar el espíritu franciscano de fraternidad… y todo esto fluye y se percibe durante toda la narración de Miguel.

    Quizás ahora sea el momento de contar un poco más… Miguel, en otro momento de nuestro contacto me escribe:
   “Comencé a ir al Cristo (y te vas a reír con todos los datos que me acuerdo de MEMORIA) en 1979,  a Jardín de Infantes “B” Turno Tarde, con la Srta. Elsa Tinirello.”   Y a partir de estas palabras me escribe el nombre de todas sus maestras, directivos; de la transformación del turno de la tarde  en una nueva escuela y de su primera directora y vice: Mirtha Boc-ho de Bulos y Olga Caraffa; me nombra a todos sus docentes, preceptores, catequistas, ordenanzas, bibliotecarias, porteras… que lo acompañaron en su escuela secundaria; hace una mención muy especial para la querida Hna Serafina Sacks y otras Hnas que ayudaban en la fotocopiadora, cobrando cuotas, atendiendo la librería… y hasta recuerda las visitas del Padre Senger y del Padre Mario Taborda.
   
    A medida que iban apareciendo los nombres de mis compañeros de ruta cuando leía  esta parte de su historia de vida dentro de las paredes del Colegio, el respeto y el cariño que dejaba traslucir en cada una de sus palabras, aunados al conocimiento y vivencia de la filosofía de vida que anima a las Hermanas de la Congregación y que se traduce en la explicación que realiza del significado de cada uno de los elementos que componen sus pinturas, no podía dejar de pensar que esas imágenes comenzaron a gestarse en 1979,  cuando Miguel ingresó a Jardín de Infantes “B” Turno Tarde, simplemente… porque  se fueron armando y coloreando año tras año primero en su corazón.
   
   Tal vez estas palabras suyas resuman todo lo que quiso manifestar a través de sus pinturas y expresen el logro del desafío y compromiso nuestro de trabajar para ir creciendo y hacer crecer en el conocimiento y la práctica del “espíritu franciscano de fraternidad”… el nudo de la filosofía de vida de Francisco, de su espiritualidad y de su proyecto evangélico: Cuántos significados que tiene esa Escuela para nosotros: lugar de trabajo, lugar de estudio, lugar de afectos, lugar de vida, lugar nuestro.”

   
   Sin dudarlo él está dentro de la lista de los alumnos que me movilizaron a escribir en el poema  Hoy quiero evocarte…

“Entonces entiendo el por qué de tu magia,
el por qué de tu hechizo y de tu vigencia,
muchos de aquellos  que ayer estaban
jugando en tus aulas, allí los encuentro,
viviendo mi misma experiencia;
son los que sintieron el llamado
y regresan…
para darle a tu obra la continuidad.
¡Ese es tu secreto mi querido Instituto!
Vigorosa y constante savia que vuelve
para renovar el flujo inagotable
del servicio, el amor  y la fraternidad.”

                                                                                                           
 
                                                                                                           
Nota: las fotos que aparecen en el transcurso del relato, cuando Miguel realiza la explicación de las imágenes, corresponden a los Bocetos de las mismas y creí conveniente mostrarlos para poder ver con más nitidez los detalles ya que tienen muy pocas diferencias con las pinturas finales. En la composición final aparece el autor y las imágenes tal como quedaron terminadas, las que fueron colocadas en el gimnasio una frente a la otra con motivo del Almuerzo del Centenario.
   También es autor (entre las obras realizadas en relación con la Congregación o el Instituto) de un retrato de Juana Teresa Crombeen hecho a lápiz sepia, del cual  hoy en día hay copias de él en Argentina, Chile y Bélgica.

   ¡Gracias Miguel por compartir tus talentos y regalarme generosamente tu tiempo!


                                                             
                                                                                                             María Adela Pon

    
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